por Gianna Cunazza Mardones
No es novedad que la candidatura de la ultra derecha representa hoy un riesgo y un retroceso en la mantención y avance de derechos sociales básicos, que el pueblo de Chile ha conseguido a lo largo de los últimos treinta años, luego de diversas demandas y manifestaciones sociales.
Algunos de estos derechos tienen que ver con el respeto e inclusión real en la sociedad de diversos grupos minoritarios e históricamente excluidos, tales como las disidencias sexuales, las mujeres y las personas con discapacidad (PcD). Sobre este último grupo, es necesario detenerse y poner atención respecto a la manera en la que los programas de gobierno de Gabriel Boric y de José Antonio Kast abordan la temática y se hacen cargo de resguardar y asegurar su condición de sujetos de derecho en la sociedad.
El 29 de julio de 2008, Chile ratificó su compromiso con el Primer Tratado de Derechos Humanos del Siglo XXI, en el marco de la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de la ONU, que fijó un cambio de paradigma de las actitudes y enfoques respecto de las PcD, desde una mirada asistencialista hacia un enfoque de derecho. Este tratado estableció que las PcD tienen derechos, a través de las acciones de los estados, a la participación plena en los distintos ámbitos de desarrollo de la sociedad, tales como la educación, la salud y el deporte, entre otros.
Los programas de gobierno en materia deportiva para las PcD de ambos candidatos permiten constatar las diferencias sobre este tema. Por un lado, el programa de Kast no menciona, en ninguna oportunidad, estos conceptos; mientras que el programa de Gabriel Boric hace referencia al deporte para PcD y Paralímpico en varias oportunidades, además de considerar iniciativas inclusivas.
A modo de contexto, la propuesta de Kast de eliminar el decreto supremo N°170 (2009) del Ministerio de Educación, el cual otorga financiamiento al Programa de Integración Escolar (PIE) -que hoy acompaña de manera multidisciplinaria la formación de niños y niñas con algún nivel de discapacidad o trastornos sicológicos, de manera gratuita- dificultaría el acceso a los niños y niñas a la posibilidad de tener las herramientas y condiciones necesarias para desarrollarse de manera integral y con plena inclusión.
En cuanto al deporte, entendido como una actividad esencial para la real inclusión, por un lado, tenemos el deporte visto como una herramienta de rehabilitación, donde existen diversos estudios e investigaciones que avalan sus beneficios, tanto en lo social, mental y físico; mientras que por otra parte, se desarrolla el deporte como herramienta de inclusión, donde prevalece la interacción y participación entre todos y todas las personas en actividades deportivas. También existe el deporte adaptado, cuyo objetivo es promover la actividad deportiva en las personas con discapacidad, en ámbitos más formativos y competitivos. Por último, existe el deporte paralímpico, que es el deporte adaptado practicado en formato de alto rendimiento y que forma parte de los juegos paralímpicos.
El deporte paralímpico se ha ganado un espacio en el escenario deportivo nacional, gracias a los buenos resultados que nuestros atletas han obtenido en las últimas citas internacionales. Si bien se han aumentado los recursos para el paralimpismo en los últimos años, hoy más que nunca se requiere un gobierno en el que estas disciplinas sea una de las prioridades en su gestión deportiva y que aporte de manera real en el potenciamiento y consolidación de su crecimiento.
Dentro de los avances que han existido en el deporte paralímpico en los últimos años, destaca la promulgación de la ley 20.978 (2016), que reconoce el deporte adaptado y paralímpico, permitiendo la creación del actual Comité Paralímpico de Chile (COPACHI) en paralelo al Comité Olímpico de Chile (COCH) y entregándole así visibilidad e institucionalidad al paralimpismo. Esta institucionalidad no sólo ha permitido generar mejores procesos y tener una estructura que soporte el desarrollo, sino que ha ido acompañada de un aumento presupuestario para el COPACHI de cerca de diez veces, desde su creación.
Por otro lado, luego de que Chile consiguiera ser sede de los próximos juegos panamericanos y parapanamericanos, Santiago 2023, el deporte paralímpico también ha sido beneficiado con la futura construcción del centro de entrenamiento paralímpico, que permitirá albergar a diez disciplinas en un lugar exclusivo para los deportistas paralímpicos.
En cuanto a los avances deseados, el programa de Gabriel Boric propone algunas medidas que me parecen fundamentales en este proceso, tales como ampliar la oferta pública de actividades deportivas y recreativas para PcD; incluir el deporte adaptado en el currículum de educación física; fortalecer los juegos paranacionales y otras competencias de deporte paralímpico a nivel municipal, regional y nacional y el respecto a las normas de accesibilidad en la infraestructura deportiva. Estas iniciativas son relevantes, ya que no sólo miran hacia el apoyar el alto rendimiento, que ha sido donde más atención se ha puesto históricamente, sino que ponen el foco en la base del desarrollo deportivo, que contempla el deporte de barrio, el deporte escolar, las competencias y ligas locales, que es desde donde se apalancan los procesos deportivos y se asegura un crecimiento sostenido y realmente inclusivo.
Es así como en estas elecciones se arriesga la posibilidad, no sólo de avanzar en materia del crecimiento del deporte adaptado y paralímpico, sino en la consagración de derechos sociales, en particular, los derechos de las personas con discapacidad.
Gianna Cunazza Mardones
Ex gerenta general del Comité Paralímpico de Chile
Jefa de Deportes Parapanamericanos, Lima 2019
Subgerenta de Integración y Deportes Parapanamericanos, Santiago 2023